Por: Raúl Catari Yujra
Confidencias es un programa radial de comedia
política que se difunde por radio Panamericana desde 1982. En particular
satiriza a diversos personajes de la esfera pública (política), respecto a sus
acciones o declaraciones más importantes de la semana. El elenco cómico de
Confidencias está integrado por Agustín Mendieta (Cacho), Denis Mendieta Rocha
(Dennisse), Luis Sempértegui (Luigi), Luis Antonio Palacios Sarabia (Pato
Lucas), y René Rosquellas (Roque), 1 quienes adoptaron sus propios seudónimos
para conectarse de manera más coloquial con sus seguidores. Pero ¿cómo surgió
Confidencias? Al respecto Denis Mendieta Rocha (Denisse) en una entrevista
subrayó que “Confidencias a un principio era bien serio, era sobre comentarios
políticos, y después se tornó en un programa humorístico por el tono con el que
contaban los antiguos conductores. Conducían dos señores como cualquier
programa de entrevistas, o algo así, y surgió el nombre de Confidencias” 2
(Entrevista, 7 de agosto de 2014).
Pero,
¿será que el humor es inocente? Pues ante la duda, me plantee la siguiente
pregunta ¿Cómo fue el discurso del programa “Confidencias” de Radio
Panamericana de La Paz sobre la coyuntura social boliviana entre los meses de
mayo a octubre de 2013? Para tal efecto se analizaron ocho programas. Así, sus
ejes temáticos más estuvieron centradas en el campo político, en particular
vinculadas a cuestionar, desaprobar y denunciar las acciones negativas de los
actores del bloque social hegemónico oficialista representados por el partido
en función de gobierno, y sus seguidores, pero también muy escasamente se
visibilizaron las contradicciones de los sectores de la oposición al gobierno,
entre ellas, los libres pensantes, sectores indígenas aislados del oficialismo,
y partidos tradicionales. Los temas, que en su mayoría emergieron en la sección
del recuento noticioso semanal, fueron la crítica al “proselitismo” del
oficialismo, el desacuerdo respecto a la reelección de Evo Morales y sus planes
electorales para el 2014. Entre otro de los temas muy latentes fue la denuncia
de que el gobierno prohíbe “huelgas”, “marchas”, “bloqueos” y “movilizaciones
sociales”. Los libres pensantes “aislados” y “procesados” por el poder
legislativo, a su vez fueron respaldados por el programa radial.
Los personajes
de Confidencias para defender persuasivamente sus posiciones ideológicas y
políticas a través de sus producciones humorísticas también acudieron a una
serie de recursos, medios, modos o maneras de decir, los cuales, fueron
manifestados abierta o encubiertamente. En otras palabras, las producciones
humorísticas de Confidencias más estuvieron orientados a cuestionar las
deficiencias del gobierno central, y en algún sentido a favorecer a sectores
“libre pensantes” y víctimas de la persecución política. Con todo ello, la
ideología de los actores de Confidencias se cristalizó mediante las estrategias
de lenguaje, pues al mencionar a unos, y esconder a otros expresó su posición
política. Las estrategias discursivas,
en algunos casos aparecieron en doble sentido y con bastante ironía.
El
pensamiento del programa Confidencias mediante sus ocho producciones
discursivas respecto a la coyuntura social boliviana, a su vez estuvo destinada
a tres tipos de destinatarios. Empero, la que más predominó fue el contradestinatario,
seguido por el prodestinatario y el paradestinatario. Esta construcción de los destinatarios
configuró una estrategia global de auto representación positiva de “nosotros” y
presentación negativa de “Ellos”. Así, los contradestinatarios a los cuales se
brindó mayor cobertura y énfasis fueron diseñados con el propósito explicito e
implícito de desacreditar, deslegitimar o desarticular al proyecto político del
partido en función de gobierno. En tanto, que los prodestinatarios
constituyeron los sectores sociales inclusive indígenas que a un inicio
apoyaron el “proceso de cambio”, los libres pensantes que se desmarcaron del
partido en función gobierno, y también por aquellos que no respaldaron en las
elecciones nacionales del 2005. Reprodució el pensamiento de aquellos sectores
que fueron víctimas del gobierno del MAS que por protestar, pensar diferente,
denunciar y movilizarse son considerados y comparados como si estuvieran
ligados con la “derecha” o el modelo neoliberal. Finalmente, los paradestinatarios
calificados como indecisos, aparecieron escasamente, siendo así que los
funcionarios públicos, Álvaro García Linera, bases de la COB, libre pensantes,
policías, sectores de la oposición al gobierno, trabajadores asalariados,
Legisladores, país, pueblo, entre otros, integraron ese entramado campo
discursivo. Empero, toda la carga discursiva satírica fue producida para
atraerlos, convencerlos, y desde luego, modificar sus estructuras de
pensamiento.
Por
tanto, los personajes de Confidencias para defender persuasivamente sus
posiciones ideológicas y políticas mediante sus producciones humorísticas
respecto a la coyuntura social boliviana tuvieron que acudir a una serie
estrategias de lenguaje, los cuales, fueron manifestados abierta o encubiertamente.
Los componentes discursivos del programa Confidencias orientaron a comprender
su esencia, intenciones y significado (latente o manifiesto). El lenguaje
radiofónico compuesto por sonidos, palabra, música y silencio fueron
herramientas y vehículos valiosos para producir y difundir las comedias
políticas mediante el histórico programa radial. Sin embargo, el programa
analizado expresa una forma de controlar los discursos públicos y es un espacio
donde se yuxtaponen lo ideológico y político. Es decir, el discurso humorístico
de Confidencias fue un escenario para representar (imitar) sarcásticamente a
distintos actores políticos de la coyuntura histórica con determinada
intencionalidad. Por lo tanto, podemos subrayar que no fue neutral, servidor a
la verdad, imparcial, independiente, objetivo y plural. De todos modos,
Confidencias fue, es y será el emblema nacional, la estrella mediática más
relumbrante y la grandeza del humor profesional. En buena lid, y en buena
ley.
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