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Mario Roque Cayoja y su experiencia en Jatha y el Mundial 1994

 Jatha y el Mundial 1994


Sin duda que fue maravillosa la cobertura periodística de la Agencia de Noticias Jatha de la participación de Bolivia en el Mundial de 1994 que se jugó en Estados Unidos. 

Antes del viaje, la noche del miércoles 8 de junio me asusté demasiado con un temblor que sentí en el cuarto piso del edificio Loayza donde funcionaba Jatha. "Justo esto tiene que pasar antes ir al Mundial", comenté mientras sentía mareo y había un griterío en la empinada calle paceña. Se había producido un sismo de 8,2 grados de magnitud en la escala de Richter. El epicentro fue a unos 650 kilómetros de profundidad en la provincia Iturralde, de La Paz. 

Junto al maestro de la fotografía, Rickey Rogers (hoy editor mundial de Reuters), nos instalamos en Boston, a 100 kilómetros del seleccionado boliviano que eligió el Hampton Inn, de Dartmouth.

La historia comenzó en diciembre de 1993 cuando fenecía el plazo para realizar el depósito de 500 dólares a una cuenta de FIFA para la acreditación del Mundial de 1994. Por suerte se sumó a mi locura el gringo Rickey. Después tuvimos el respaldo de Carlos Alberto Quiroga, Carmelo Andrade, Juan Carlos Marañón, Gretzel Mendoza y el resto de los colegas de Jatha.

El reto era difícil. Había que financiar ese viaje y para ello se ofreció el servicio de textos y fotos a varios diarios del país. 

"El Diario" -en ese entonces- era el principal cliente en La Paz. "Hablemos del Mundial antes de junio...", nos respondieron. Por suerte se obtuvo acuerdo con "La Razón", a cambio pidió exclusividad. También se sumaron otros diarios a nuestro proyecto.

El gringo Rickey fue clave para elegir hoteles, alquiler de autos y sobre todo para el lanzamiento de fotografía digital. Se compró modernos equipos. Jatha revolucionó el periodismo en Bolivia.

El primer reto era transmitir fotos digitales desde Estados Unidos. Apenas llegados a Boston logramos ese cometido. "La Razón" -cuyo editor era Pepe Pomacusi- destacó en su portada del lunes 12 de junio el entrenamiento de los bolivianos. Eso se repitió hasta el último día de la presencia de Bolivia en el Mundial de 1994.

La cobertura de la jornada inaugural Bolivia-Alemania en Chicago comenzó dos días antes con la presentación de la diablada de Oruro en el corazón de Chicago. El día era infernal. Pobres diablos porque terminaron extenuados. 

Con el torso desnudo me paseaba por el hotel mientras las grandes cadenas de televisión estaban más ocupados de la persecución policial a O. J. Simpson que del Mundial. El ex astro del fútbol americano había asesinado a su esposa. La transmisión por Tv se convirtió en uno de los eventos más vistos en la historia de EEUU.

Un día antes que arranque el Mundial se hizo el reconocimiento del estadio Soldier Field en Chicago. En el auditorio había centenares de periodistas de distintos países. Era Babel. En algo había coincidencia: todos querían ver a Marco Antonio Etcheverry. El Diablo era personaje mundial.

El sol seguía quemando en Chicago el viernes 17 de junio. Desde la tribuna de prensa me tocó ver el cotejo Alemania 1 Bolivia 0 con Etcheverry expulsado a los tres minutos que pisó el campo de juego. 

No olvido un impasse con el chileno Harold Mayne Nicholls, que era funcionario de la FIFA, porque se resistía entregarme el pase a la zona mixta. Me alteré en extremo (a lo Eduardo Abaroa) y solo así conseguí el acceso para entrevistar a los protagonistas del primer partido de la Copa del Mundo 1994.

Había entusiasmo para el segundo cotejo de Bolivia ante Corea del Sur en Foxboro, de Boston. Las calles de esa histórica ciudad recibieron a miles de compatriotas el día del juego, la mayoría eran residentes en diferentes estados de la Unión. Entre ellos estaban los Sarmiento, el abuelo era oriundo de Quime. Había migrado en los años cuarenta a EEUU. Su hijo y nietos nacieron en Estados Unidos. "Durante varios semanas hemos repasado la letra de nuestro himno", relató. Y la noche de Boston fue un marco ideal para oir las voces de tantos compatriotas, la mayoría derramaban lágrimas. 

Con Corea del Sur se igualó sin goles el 23 de junio de 1994 en Boston. Fue el primer punto obtenido por Bolivia en un Mundial. El estadio estaba repleto de bolivianos y coreanos. Resultó impresionante e inolvidable el canto del himno boliviano a todo pulmón (el mejor que oí en mi vida). Y hasta hoy sigo sorprendido del desperdicio de Julio César Baldivieso ante el arco de Corea del Sur.

Luis Héctor Cristaldo fue expulsado en el minuto 82 por doble amonestación ante Corea del Sur. 

Pero faltaba el gol. Y llegó en el minuto 67 del encuentro con España en el estadio Soldier Field de Chicago y frente a 63.089 espectadores.

Erwin "Platiní" Sánchez en el minuto 22 del segundo tiempo remata al pórtico del español Zubizarreta. El balón toca levemente en un defensor y se clava al ángulo izquierdo del arco. Era el primer gol de Bolivia en la Copa del Mundo. El futbolista cruceño entraba en la historia.

Los españoles terminaron venciendo por 3-1 a los bolivianos el 27 de junio de 1994. Los goles fueron marcados por Pep Guardiola y Pérez Caminero en dos ocasiones.

El seleccionado boliviano retornó a su concentración de Boston donde utilizó los predios de la universidad de Dartmouth que fue fundada en 1769. Después se produjo el viaje a Bolivia. Xabier Azkargorta y varios jugadores se quedaron en Estados Unidos. El colofón mundialista se tiñó de luto con la muerte de una mujer en accidente de tránsito que involucró a Baldivieso, Miguel Ángel Rimba y Daniel Aliaga Forgues "El Chasqui". 

El Gringo Rickey recordó que a "El Chasqui" le prestamos socorro en nuestro vehículo. "Estaba vestido solo con la bata de la clínica", agregó. (Por Mario Roque Cayoja)


Fuente: https://www.facebook.com/share/d8jtjcTnfSQDsdhP/?mibextid=oFDknk

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