Por: Raúl Catari Yujra
Los conductores de El Deportivo de Bolivisión están animados por el lucro; responden al objetivo prioritario de maximizar sus beneficios y están más interesados en favorecer a los intereses de sus patrocinadores que servir al público. Estos señores parecen más actores que informadores, más vendedores que periodistas. En el sistema político y económico que impera en nuestro país todas las cosas se mercantilizan; y también la tarea periodística. Ahora el interés por el dinero prima más que el respeto a los derechos humanos. Un claro ejemplo de ello es el Súper Deportivo de canal 11 y El Deportivo de canal 5. En este artículo sólo nos referimos al segundo. En el programa deportivo de Bolivisión la noticia se presenta como una especie de anzuelo para pescar a los televidentes a través de la publicidad. Es decir, la noticia es utilizada como una lombriz para atrapar peces, no con el fin de alimentarlos sino para cazarlos. Para alcanzar sus objetivos, Juan Pasten Peñafiel y Richard Pereyra no sólo utilizan el discurso verbal, sino también el corporal. Por ejemplo, muchas veces cuando muestran imágenes de un gol camuflan un spot o un anuncio verbal de Casa Real, una bebida alcohólica. Cansa ver cómo se da preferencia a los anuncios de los patrocinadores más que a la misma información deportiva. Si hacemos números, entre las tandas publicitarias y esos anuncios "en vivo" transcurre casi el 70 por ciento del total de las emisiones, tanto diurnas como nocturnas. Un claro ejemplo de cómo se da mayor cobertura a la publicidad fue la emisión nocturna del 5 de junio, de 22:00 a 23:00, donde cerca de 40 minutos de programación fueron dedicados a hablar de Coca Cola, LAB y SONY y a insertar logotipos de los patrocinadores justo cuando se pasan imágenes de un partido de fútbol o una jugada que se convierte en gol. Los presentadores -o más bien vendedores- o sólo conversan sobre sus patrocinadores o muestran, abren botellas y saborean los productos para hacer antojar a la audiencia. A pesar de todo esto, Pasten recibió dos premios Maya como mejor periodista deportivo de prensa y mejor conductor de programa deportivo de televisión. Este periodista de origen chileno, y de más de 50 años de edad, trabaja en el deportivo del matutino de El Diario y también en la Red Bolivisión desde comienzos de 2002 (1). En el programa de Pasten y compañía, muchas veces las extensas tandas han obligado a los conductores a no despedir el programa como se debe y, lo que es peor, a no difundir la información que habían prometido. Es válido ceder minutos de un programa a la publicidad, porque de los anuncios viven los medios, pero conceder el protagonismo a éstos mensajes es un perjuicio para los contenidos deportivos que la audiencia espera ver y escuchar. La publicidad debe tener su lugar, pero mezclarla con la información es una falta de respeto a las personas que encuentran en el deporte una salida a problemas de diversa índole. A su vez, es repudiable leer, escuchar y ver en este programa cómo el valor del dinero se antepone a la noticia deportiva como objetivo fundamental. Pareciera que su único fin es vender y embaucar audiencias. La Constitución Política del Estado, los códigos del periodismo boliviano y otras normas internacionales como los Derechos Humanos Universales amparan la libertad de expresión, el derecho a la información y el respeto a la dignidad de las personas. Pero en el Súper Deportivo ¿se respetan los derechos humanos? ¿Qué interesa más: Vender productos comerciales o informar? El impacto poderoso que tiene la televisión es muy bien aprovechada por lo conductores de El Súper Deportivo de Bolivisión, pero mas con el fin de complacer a sus patrocinadores. En este programa se manifiesta fielmente eso de que la "la publicidad comercial es una mercancía que se instala en la intimidad mental del individuo y que tiende a provocar la venta de otra mercancía". (2) En síntesis, podemos decir que la noticia considerada un bien común, un beneficio social, al igual que el fútbol (para compartir y divertirse), de un tiempo a esta parte parece que se ha convertido en negocio que sólo favorece a unos cuantos, tal y como ocurre con El Deportivo de Bolivisión. Al fin y al cabo ¿la noticia deportiva es un bien común o una mercancía? ¿El periodismo deportivo nació para servir a su público o para servirse de él? Notas: (1) Suplemento Tu Guía, El Diario, domingo 10 de octubre del 2004. (Entrevista). (2) FERRER, Eulalio; La publicidad, Trillas, México, I980. Pág. 50. FUENTE: http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2006060716 Área: Opinión >> Comentarios y enfoque Actualizado el 2006-06-07 a horas: 20:22:45
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