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LOS EFECTOS DEL ALCOHOL EN EL CUERPO


POR ANA MUÑOZ*

Las células de nuestro cuerpo tienen unas membranas formadas por proteínas y grasas. El alcohol se disuelve en grasa, por lo que puede atravesar con facilidad las membranas celulares y penetrar en cualquier tipo de célula. Si tienes el estómago vacío penetrará aún con más rapidez en ellas porque atravesará fácilmente el estómago hasta el torrente sanguíneo y de ahí al cerebro y otros órganos del cuerpo.
Al principio, el alcohol produce una ligera estimulación y cierta sensación de euforia, alivia la tensión y produce cierta desinhibición. Este efecto ocurre solamente con niveles bajos de alcohol. Si sigues bebiendo, empiezan a aparecer sus efectos depresores. Afecta el centro de equilibrio del cerebro, por lo que tienes problemas de coordinación. También se ve afectado el lóbulo frontal, que está encargado del juicio social. Por este motivo, puede que hagas cosas que luego te avergüenzan o digas cosas inapropiadas. Puede que te sientas irritable y te provoquen con facilidad. Tienes problemas de coordinación motora y tu capacidad para hacer tareas complejas, como conducir, se pierde. También pierdes la capacidad para juzgar si eres o no capaz de conducir. El habla también se ve afectada, apareciendo ese modo de hablar característico, de "lengua de trapo".

Si los niveles de alcohol siguen aumentando, puedes entrar en estado de estupor y perder la conciencia. Durante esta pérdida de conciencia los patrones de sueño se ven alterados. Se produce un riesgo de coma inducido por el alcohol, con depresión de las funciones vitales, como la respiración, lo cual puede llegar a producir la muerte.

Qué hace al alcohol adictivo
Conforme el cerebro se va adaptando a los efectos continuados del alcohol, ajusta sus sistemas de regulación interna para compensar, de manera que cuando dejas de beber sientes un efecto desagradable, con síntomas como ansiedad, temblores, depresión, incapacidad para dormir e irritabilidad. Si bebes de nuevo, se produce un equilibrio momentáneo y te sientes mejor. Esto pone en marcha el ciclo de adicción.
El cerebro se adapta a la presencia de alcohol, de manera que la persona pueda tener más alcohol en su cuerpo sin experimentar su efecto depresor, hasta que llega un momento en que todo el sistema nervioso central permanece hiperactivo incluso aunque beba regularmente. Estas es la causa de las convulsiones que pueden tener los alcohólicos (debido al exceso de sensibilidad del sistema nervioso central).
Otro síntoma de esta adaptación crónica al alcohol es la hipertensión, un ligero temblor y congestión nasal. También padecen síntomas psicológicos como ansiedad, ataques de pánico, irritabilidad, cambios de humor, depresión y paranoia. Todos estos síntomas se deben a la adaptación a largo plazo del cerebro a la presencia de alcohol y al dejar de beber acaban desapareciendo (la mayoría de ellos desaparecen tras unas dos semanas de abstinencia de alcohol).

El efecto del alcohol en los diversos órganos del cuerpo

El alcohol tiene un efecto tóxico en muchos órganos del cuerpo.
Hígado. Al metabolizarse en el hígado, éste se inflama y aparecen depósitos grasos en sus células, de manera que el funcionamiento del hígado se ve seriamente alterado. Con el tiempo puede producirse cirrosis hepática.
Médula ósea. La médula ósea se ve también afectada, formando glóbulos rojos menos maduros. El alcohol daña también el sistema inmunitario, por lo que los alcohólicos tienen una mayor predisposición a las infecciones.
Cerebro. En el cerebro el alcohol afecta al centro de la memoria y al cerebelo (que controla el equilibrio y los movimientos corporales), pudiendo llegar a ser destruido. Algunos alcohólicos tienen alucinaciones auditivas (escuchan voces generalmente desagradables y burlonas). El alcohol causa daño a todas las células nerviosas, pudiendo producir demencia o pérdida del funcionamiento intelectual.
Músculos. También daña el tejido muscular, incluyendo el músculo cardiaco, produciéndose una cardiomiopatía alcohólica.
Aparato digestivo. Se ve afectado el estómago y aparato digestivo, pudiendo ocasionar gastritis aguda, con sangrado, vómitos, diarrea y anemia.
Páncreas. Cuando se inflama a causa del alcohol, se liberan sus enzimas digestivas y empieza a destruirse a sí mismo, causando un intenso dolor. El páncreas se encarga también de producir insulina, de modo que la producción de esta hormona se verá también afectada, pudiendo producirse diabetes.
En definitiva, el alcohol es una de las sustancias más tóxicas que existen.

Fuente: http://motivacion.about.com/od/adiccion/a/Los-Efectos-Del-Alcohol-En-El-Cuerpo.htm

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